Etapa de 19 km. Bastante fácil si no a no ser por el intenso calor que está haciendo estos días. La primera parte de la etapa, a unos 6 km de Guillena, se atraviesan 11 km de dehesa de encinas y acebuches habitada por ganado vacuno. Me he cruzado con un ejemplar con unos impresionantes cuernos, pero he hecho como que no lo veía, y el animal ha hecho lo propio y ha seguido comiendo hierba como si yo no existiera. Este ha sido el tramo agradable de la etapa, el resto un andadero paralelo a la carretera sin sombras y sin ningún atractivo.
En todo el trayecto no hay ninguna zona habitada, ni pueblos ni aldeas, solo algún que otro cortijo en la distancia.
Vista camino de Castillblanco.
A mitad camino me ha acompañado Lorenzo, un italiano que conocí ayer en el albergue de Guillena, se ha acomodado a mi paso y hemos estado un buen trecho del camino conversando. Lorenzo está en muy buena forma, se entrena cuatro veces por semana haciendo marcha y travesía con esquí. Me ha sorprendido cuando me ha dicho que tenía sesenta y siete años, le hacía mucho más joven.
Seguimos haciendo el camino el grupo del matrimonio italiano, Ramón el asturiano y yo. Como de costumbre me he quedado rezagado, pero les alcanzo al final de etapa. M va muy bien porque ellos llegan antes y ya me guardan un buen sitio en el albergue en una litera baja.
Después de asearme, hemos ido los cuatro y Lorenzo a comer a un bar que está frente al albergue municipal de Castillblanco donde nos alojamos.
Después de descansar un poco, hemos salido a dar una vuelta por el pueblo, ver la iglesia de origen mudéjar y comprar algo de fruta para cenar.
